Puig i Cadafalch

Presidencia de la Mancomunidad y grandes proyectos urbanos (1917-1923)

En noviembre de 1917, fue elegido presidente de la Mancomunidad de Cataluña, cargo en el que sucedía a su amigo y correligionario en la Liga Regionalista, Enric Prat de la Riba. Su acción política se caracterizó por la modernización y la tecnificación del gobierno, con el despliegue de grandes proyectos de infraestructuras por todo el país, especialmente viarias y de telefonía, así como de equipamientos culturales, red de bibliotecas, enseñanza, asistencia y sanidad, acompañados de la creación de nuevos aparatos técnicos de alta cualificación (cartografía, geología, meteorología o restauración). Esa base institucional ha resultado fundamental en la articulación de la Cataluña contemporánea, desde la Generalitat republicana hasta la actualidad.
Ocupó el cargo en un periodo de creciente tensión social y de enfrentamiento del catalanismo al nacionalismo español, que llevó, en 1923, al golpe de Estado del general Primo de Rivera. Tras una ambigua posición inicial, la represión del nuevo dictador le obligó a dejar la presidencia y partir al exilio. Durante esos mismos años desarrolló una importante actividad profesional con grandes proyectos de renovación urbana en Barcelona y con otros cargados de significado simbólico, como la reforma del monasterio de Montserrat. 

Cronología

Casa familiar propia en la calle de Provença en Barcelona

1917

El anteproyecto general de la exposición internacional de industrias eléctricas que había elaborado en 1915 para Montjuïc toma fuerza en su ejecución y desarrolla proyectos complementarios

1917

Inicio de los trabajos de reforma en el monasterio de Montserrat, que se prolongaron hasta la década de 1930, e incluyen el refectorio, la biblioteca y el claustro, entre otras edificaciones

1917

Inicio de los trabajos de excavación arqueológica, restauración y urbanización de las iglesias de Sant Pere de Terrassa y su entorno, que se prolongan hasta la década de 1930

1917

Presidencia de la Mancomunidad de Cataluña

1917-1923

Edificación de las cuatro columnas de la exposición de Montjuïc, derribadas en 1928 y reconstruidas en 2010

1919

Desde la Mancomunidad encabeza el proyecto de Estatuto de Autonomía de Cataluña, elaborado después de una intensa campaña y rechazado por las autoridades españolas

1919

Ante el intento de expolio de las pinturas murales románicas pirenaicas, acuerda con la Junta de Museos de Barcelona su traslado al museo de Barcelona. La operación se ejecuta en los años siguientes

1919

Conflicto con el obispo de Barcelona y la jerarquía eclesiástica española, que tienen actitudes contrarias al catalanismo

1919

Excavación del teatro romano de Tarragona y estudio de otros monumentos de la ciudad

1919

Casa de Joan Pich i Pon en la plaza de Catalunya de Barcelona

1919-1921

Enfrentamiento con el filósofo Eugeni d'Ors, que es apartado de sus funciones en la Mancomunidad

1920

Desde el gobierno de Mancomunidad impulsa y aprueba el Plan Sexenal de este organismo

1920

Recepción ofrecida al mariscal del Ejército francés Joseph Joffre, héroe de la Gran Guerra y presidente de los Juegos Florales, con motivo de la cual es objeto de una campaña de amenazas de muerte por parte de sectores españolistas

1920

Premio Raoul Duseigneur de la Académie des Inscriptions et des Belles Lettres de París por sus trabajos arqueológicos

1920

Pabellones de Arte Moderno, posteriormente llamados de Alfonso XIII, y Victoria Eugenia, de la exposición de Montjuïc

1920-1923

Casa Casarramona en el paseo de Gràcia de Barcelona

1921-1923

Presidencia en Montblanc de la celebración de la donación a la Mancomunidad del portal de Bover e inicio de la restauración de la muralla

1922

Proyecto de la reforma de la plaza de Catalunya de Barcelona, encargado después de estudios intermitentes, iniciados en 1915

1922-1924

Casa Guarro en la vía Laietana de Barcelona

1922-1927

Presidencia de los actos oficiales de recepción de Albert Einstein, invitado por el Consejo de Pedagogía de la Mancomunidad

1923

Aceptación inicial del golpe de Estado del general Primo de Rivera y reacción ante la inmediata represión contra el catalanismo

1923

Partida al exilio en Francia a finales de diciembre para dedicarse al estudio del arte románico europeo, al dejar la presidencia de la Mancomunidad. La represión le obliga también, al año siguiente, a abandonar los proyectos de la exposición de Montjuïc y la plaza de Catalunya

1923

Barcelona y los grades proyectos urbanos

Al margen de la actividad constructora para particulares, Josep Puig i Cadafalch se proyectó sobre Barcelona de tres maneras. En primer lugar, como articulista, con la exposición de su ideario político y cultural del modelo urbano, enemigo del plan Cerdà, que consideraba superado frente al acelerado crecimiento de Barcelona y los nuevos requerimientos como capital. En segundo lugar, trasladó esos planteamientos a la planificación municipal de infraestructuras y servicios modernos (1902-1905). Y, en tercer lugar, participó directamente en la actividad urbanizadora de algunas de las grandes obras ciudadanas del primer cuarto del siglo XX. Su concepto de ciudad enfatizaba la adquisición de un fuerte carácter monumental y cívico, fundamentado en los valores de belleza pública propios del novecentismo.

De acuerdo con los nuevos planteamientos, impulsó el concurso de un plan de enlaces que ganó Léon Jaussely (1905). Más adelante intervino en operaciones urbanas de gran magnitud, como la revisión del tramo central de la vía Laietana, la ordenación de la plaza de Catalunya y el proyecto de implantación de una gran muestra en Montjuïc, finalmente convertida en la Exposición Internacional (1929). Ideó un eje ascendente monumental y significado por cuatro columnas, símbolo del país y coronado por el gran edificio del Palacio Nacional.

La última arquitectura (1920-1930)

A pesar de la gran labor política y gubernamental que llevó a cabo durante la presidencia de la Mancomunidad, su despacho de arquitectura siguió activo y trabajó, sobre todo, en los grandes proyectos urbanos iniciados hacia 1915, hasta que le fueron retirados en 1923, con la imposición de la dictadura. También emprendió promociones particulares significativas en Barcelona, como la gran residencia de Joan Pich i Pon (1919-1921), la casa Casarramona (1921-1923), la casa Guarro (1922-1927) y, algo más tarde, la casa Rosa Alemany (1928-1931).

En esas obras trasladó a una dimensión más monumental los principios definidos en su primera etapa novecentista con un uso elegante del ornamento, a veces próximo al art déco. Constructivamente, abandonó la edificación tradicional para incorporar materiales y estructuras nuevas a partir del uso del hormigón, al tiempo que definía programas de usos innovadores que combinaban las oficinas con la vivienda, y donde la residencia principal era desplazada, de forma pionera, a las plantas superiores. Al mismo tiempo, se inició en otras tipologías arquitectónicas modernas, como pabellones de exposición o cines.