Los placeres de mirar

Sobre el libro antiguo

Además de los 40 libros expuestos, la muestra presenta algunos materiales que ayudan a entender el mundo del libro antiguo a través de los diferentes tipos de soporte, las encuadernaciones, la escritura o la restauración.
El libro antiguo se clasifica en tres grandes grupos: manuscritos, incunables e impresos. Los manuscritos son aquellos libros escritos a mano. La aplicación de tinta sobre una superficie lisa da lugar a una manifestación de texto única. Los incunables son los representantes del primer periodo de la imprenta, del año 1450 al 1500 incluidos. El término incunable proviene de la palabra latina incunabula, que significa ‘cuna’. Los impresos son los libros que han sido imprimidos a partir de 1501. A esta denominación se le puede añadir cualquier distintivo para concretarla: el siglo, el origen, la temática, etc.
Clasificados en estos grandes grupos, los libros antiguos, además, tienen características diferentes en función de su soporte, como se aplica la escritura o como se encuaderna.

Los soportes documentales

La humanidad ha creado libros de formas y soportes muy diversos, en función de la disponibilidad de los materiales en el territorio, de los recursos tecnológicos de cada época y de los usos a los que se destinaban los escritos. Si en la Antigüedad el rollo de papiro fue el libro por excelencia en el mundo occidental, en la Edad Media fue sustituido por el códice de pergamino, obtenido de pieles de animales de pezuña. Hacia el siglo xiii se adoptó el papel, fabricado con trapos usados de lino y cáñamo, que fue sustituyendo progresivamente el pergamino en la burocracia, los negocios y las imprentas.

La escritura

La escritura ha experimentado numerosos cambios a lo largo del tiempo y en las diversas culturas. Los signos se han trazado a mano y con todo tipo de instrumentos, o bien se han estampado mecánicamente. Han existido muchas maneras de escribir, que han evolucionado y se han difundido, se han impuesto o han convivido, según las épocas y las culturas. La mayoría de las escrituras europeas han ido desarrollándose a partir de modelos latinos y, aunque el número de signos y su trazado han sufrido cambios importantes, esta relación es todavía visible en nuestros textos impresos.

La encuadernación

Encuadernar consiste en coser las diferentes hojas que forman una obra escrita para formar un bloque, y recubrirlo de diversos materiales para protegerlo. Las primeras encuadernaciones unían las hojas con un cosido muy simple y se forraban con piel de animal. La evolución de los materiales y la aparición de obras más extensas obligaron a desarrollar el sistema de protección con materiales y técnicas más complejos. Los cosidos evolucionan e incluyen nuevos elementos (nervios y cabezadas), que proporcionan más resistencia y facilitan la manipulación.

Página compuesta e impresa

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