La huelga de la Canadiense

La larga lucha por las 8 horas

Desde el inicio de la industrialización, los trabajadores han luchado por reducir las jornadas laborales abusivas. Durante la segunda mitad del siglo XIX, sindicatos apolíticos de los Estados Unidos y socialistas y anarquistas de Europa impulsaron la lucha por la jornada de 8 horas. En 1866, la Primera Internacional la convirtió en el símbolo y la reivindicación del trabajo en todas partes. El lema “8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y  8 de ocio” tuvo mucho éxito.

La reivindicación de las 8 horas en Cataluña empezó en el siglo XIX, durante la Primera República, cuando se reguló por primera vez el trabajo infantil. En 1903 se creó el Instituto de Reformas Sociales, que promovió la regulación del trabajo femenino,  infantil y de actividades peligrosas. En 1904 se consiguió el descanso dominical y el 3 de abril de 1919, gracias a la huelga de La Canadiense, llegó finalmente el Decreto de las 8 horas. Así, por la presión ejercida desde Cataluña, España se convirtió en el primer país de Europa Occidental que consiguió este avance.