Mujeres: ficciones y realidades

Realidades veladas e imágenes visibles del trabajo femenino

La contribución de las mujeres al ámbito del trabajo es una de las realidades menos documentada. El trabajo de las mujeres y en especial el doméstico y de cuidado se ha omitido de los relatos culturales, y hasta los años noventa no aparecen los primeros estudios sociológicos que se ocupan de este tema.

A veces, aparece indirectamente en la publicidad, pero siempre asociado a los productos de consumo doméstico y a la voz de los expertos que insisten en presentarlos como unos elementos para minimizar los trabajos del día a día. Sea como sea, se insiste en la responsabilidad exclusiva de las mujeres en relación con esa ocupación y se intenta que no parezca propiamente un trabajo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los relatos oficiales relacionados con los trabajos de cuidado recurren al modelo femenino del «ángel del hogar»que, con el tiempo, evoluciona hacia la figura de la superwoman: una mujer reconocida por su actividad profesional pero ligada igualmente al cuidado y la atención doméstica. Aparece en el debate público el conflicto del tiempo de las mujeres, ligado a las dobles y triples jornadas femeninas.

Un protagonismo poco reconocido

Durante el franquismo se habían aprobado un conjunto de leyes y reglamentaciones que, con el pretexto de «liberar a la mujer casada del trabajo y la fábrica», quisieron apartar a muchas mujeres de la mayoría de ámbitos profesionales y sobre todo impedir su independencia económica.

Los salarios bajos y la carestía de la vida hicieron totalmente inviable este proyecto del régimen y las mujeres encontraron soluciones, precarias pero efectivas, para realizar en casa actividades laborales sumergidas, en las que a menudo colaboraba toda la familia.

La incorporación de las mujeres a los estudios y a la universidad a finales de los años sesenta contribuyó a que cambiará su valoración profesional, lo que contribuyó a incrementar sus oportunidades de inserción laboral.

Poco a poco, los medios de comunicación fueron incorporando estos cambios y haciendo visibles nuevas funciones y nuevos papeles protagonizados por personajes femeninos, aunque era todavía muy poco visible el papel de las mujeres en todos los ámbitos del trabajo.

La invisibilidad del trabajo femenino ha significado, asimismo, la invisibilidad del protagonismo de las mujeres en los diferentes procesos migratorios que se han vivido en nuestro país. Todos ellos determinados por la necesidad de mejorar las condiciones de vida.